EL CREADOR DE SUEÑOS

Donde la realidad se convierte en sueños y los sueños en realidad.

Navidad Hohohoooo



Ya llegó la navidad, sí, por fin llega de aquí dos días (hace semanas según El Corte Inglés y la iluminación de la calle).

Cada año los mismos sentimientos afloran en mi ante esta festividad, desde que el niño que se ilusionaba con los regalos dejó paso al joven que pensaba en que se gastaría el dinero de las estrenas. Creo que en ese momento concreto es cuando uno se decanta hacía los tres caminos posibles de ver la navidad.

La vertiente tradicionalista. La que se alegra de que llegue esa festividad donde se reune la familia, donde se celebra el nacimiento del señor, la natividad, la llegada de los Reyes Magos o el gordo de verde (de rojo según cocacola).

Tenemos también la vertiente consumista. Esa que piensa en todos los regalos que va a comprar y va a recibir, en las cinco cenas de empresa, amigos, otra de empresa, la del casal, la del club de los dardos y la de vecinos, sin olvidarnos la cena de los nacidos el mismo día o cualquier otra cena excusa que nos sirva para emborracharnos y hacer todas las tonterías que durante el año no hemos podido hacer. Son los mismos que ven como norma el emborracharse y salir hasta las mil el día de nochevieja sólo por que es nochevieja.

Por último los antinavidad. Aquellos que proclaman lo capitalista de la navidad, que como son ateos o agnósticos no se ven cercanos a las festividades religiosas. Pero que eso sí, todos acaban llendo a las cenas de empresa, todos se reunen con la familia, todos celebran la nochevieja y todo compran y reciben regalos por reyes o nochebuena.

Estos tres especimenes muchas veces se confunden entre si y van pasando de bando a bando sin miramientos.

La navidad a mi particularmente es una festividad que actualmente no me molesta hasta el punto de aborrecerla, me molesta y me agobían ciertas actitudes. El consumismo extremo, los agobios de las cenas y las obligaciones con familiares, amigos y conocidos son cosas que no me gustan, todo ello se suele adobar con una gran cantidad de hipocresía para rematar la faena.

Pero no llego al extremo de aborrecer la fiesta como ya he dicho, no me molesta que la gente quiera celebrar la natividad o el nacimiento de cristo, igual que no me molesta que se celebre el hannuka o el ramadan.

Para mi unas fiestas de navidad perfectas serían aquellas que se celebraran como una semana santa (otra fiesta religiosa), donde la gente celebra sus días de fiesta pero la sociedad no se ve envuelta en un círculo extraño donde la festividad se retuerce hasta el punto de perder todo el sentido.

Podría hablar de muchas más cosas que se retuerce en navidad, pero que os voy a contar que no sepais.

La Araña de Jerusalem