EL CREADOR DE SUEÑOS

Donde la realidad se convierte en sueños y los sueños en realidad.

London IX


Jueves por la noche y salimos de fiesta a un barco, no es un yate lujoso ni un transatlántico. Un barco no muy grande con tres pistas de música y posibilidad de salir fuera a las mesitas de la cubierta. El único problema era la música bastante horripilante. Así que con la idea de no tener que coger dos autobuses para volver nos fuimos con el tiempo justo para coger los últimos metros.

Ya era viernes, nuestro último día. Nos separamos, unos querían hacer las maletas, otros ir al Zoo y Dolors, Mayte y yo nos fuimos de paseo, visitamos donde creemos que los Beatles hicieron su concierto en la azotea, aunque no estoy muy convencido de ello. Después de la duda nos marchamos a tomar por saco literalmente ya que yo quería ver el lugar donde ahorcaban a los piratas, el mismo sitio donde ahorcaron al Capitán Kidd. Llegamos hasta allí, no sin que nos costara puesto que llovia y el sitio estaba escondido. El barrio me encantó, olía a mar y tenía un aire piratas, bucaneros e ingleses estirados con pelucas. El sitio era pequeño y esperaba otra cosa, pero había allí algo que me encanto, era un callejón estrecho que acababa en unas escalinatas que daban a un rio embrabecido por la lluvia. No sé si colgaban a los piratas en la escalinata o el patibulo estaba anegado por el agua, pero aquel lugar tenía un encanto especial. Si tuviera que vivir en Londres viviría en aquel barrio, se respiraba historia.

Volvimos a la residencia a comer, era el último día de clase para Dolors y sus amigas y sería nuestra última noche allí. Así que la pasamos tranquilamente en la habitación, nos hicimos las maletas, una peli y a dormir.

El sábado por la mañana nos levantamos para desayunar, lo terminamos de preparar todo y bajamos a que nos devolvieran la fianza. Luego acompañamos a Alfonso al mercado de Portobello y a ver la estatua de Peter Pan en Keshington Gardens, la misma estatua que aparece en la película de Hook. De allí a comer a un Fish&Chips, bastante bueno por cierto y a coger el taxi para el aeropuerto.

Mañana os contaré la odisea del aeropuerto... que no fue poca.