Desde luego no me alegro de la muerte de nadie, ni tan siquiera de la de un tipo tan despreciable como Pinochet. La sensación que me embargó cuando me enteré de su desaparición física, fue de pena, pena por todos los familiares de los asesinados, torturados y desaparecidos durante la represión de la dictadura chilena, porque no han podido ver como la justicia lo condenaba por todos los crímenes que se cometieron bajo su mandato. Eso sí que me hubiera alegrado, aunque estuviera moribundo y postrado en una cama de ruedas, que viera con sus propios ojos como era condenado por la justicia antes de morir y viera como era celebrado por aquellos que mantienen vivas las ideas de aquellos que él asesinó e intentó eliminar del todo.
Augusto Pinochet, que nunca descanse en paz.

Totalmente de acuerdo con "la lentitud", aunque incluso mejor que viviera para ver como era condenado y celebrado por sus detractores, estaremos de acuerdo en que podria haberse muerto mucho antes de dar ese golpe de estado... pero bueno...

Lástima que vayan a matar a Saddam aunque Iraq por desgracia no va a seguir el camino de Chile...