London X
Llevo ya varios días en Valencia, desde el sábado para ser concretos, aún así falta que os cuente como fué el viaje de vuelta, que no estuvo exento de movidas.
Teniamos varias opciones para viajar hasta el aeropuerto, bus, tren o taxi. Tras varias averiguaciones descubrimos que ir en taxi resultaba más barato que el tren, sólo un poco más caro que el bus y tenias la comodidad de ir desde la puerta de la residencia hasta la puerta del aeropuerto. Así que nos marchamos con un pakistaní taxista, con el que tuvimos una miniconversación en inglés.
En el aeropuerto nos esperaba la cola para facturar las maletas, mientras las chicas estaban en ella yo fuí copiando todas las fotos de todas las cámaras en el portatil para así hacer dvd con todas. Sí, habeis leído bien, dvds, ya que tenemos más de 2.600 fotos y ocupan justo lo de un dvd.
Al llegar para facturar la maleta, yo ya me había incorporado tuvimos el primer problema, el peso de varias maletas. Tanto yo como Dolors no nos pasamos, pero varias de las personas que iban con nosotros tuvieron que acabar pagando el exceso de peso, que no se paga barato, a cinco libras (unos siete euros y medio) por kilo de más.
Al fin nos dirigimos a embarcar, el tiempo se nos empezaba a echar encima, y eso que llegamos dos horas y media antes de la salida del avión.
Tocaba pasar el escaner... madre mía, que mal trago. El arco no pito, sin problemas. Pero al pasar la maleta por el escaner yo tenía claro que querrían verla, llevaba el portatil y todos los cables, pero no. Me hicieron sacar el portatil, pasarlo de nuevo por el escaner y luego vaciar TODO lo que había en la maleta de mano, que no era poco y repasarlo uno por uno todos los objetos... me volvía loco, se me echaba el tiempo encima. Cuando el tío terminó tras los largos minutos quedaban veinte minutos para la salida del avión.
Aún tuve que pasar por otro escaner, esta vez y aunque suene raro, era un escaner sólo para los zapatos. Los mios se podrían considerar armas biológicas, pero se ve que no se dieron cuenta de esto, sólo buscaban bombas o cuchillos o vete tu a saber que.
Costó, pero subimos al avión, los últimos eso sí, pero subimos. El resto del viaje no fue del todo mal, se hizo algo largo, jugamos una partidita a cartas, charlamos y poco más. Vamos, que aterrizamos sin novedades.
Y por fin en tierra valenciana, de la luz y el color. Se acabaron mis vacaciones londinenses... snif snif.
Teniamos varias opciones para viajar hasta el aeropuerto, bus, tren o taxi. Tras varias averiguaciones descubrimos que ir en taxi resultaba más barato que el tren, sólo un poco más caro que el bus y tenias la comodidad de ir desde la puerta de la residencia hasta la puerta del aeropuerto. Así que nos marchamos con un pakistaní taxista, con el que tuvimos una miniconversación en inglés.
En el aeropuerto nos esperaba la cola para facturar las maletas, mientras las chicas estaban en ella yo fuí copiando todas las fotos de todas las cámaras en el portatil para así hacer dvd con todas. Sí, habeis leído bien, dvds, ya que tenemos más de 2.600 fotos y ocupan justo lo de un dvd.
Al llegar para facturar la maleta, yo ya me había incorporado tuvimos el primer problema, el peso de varias maletas. Tanto yo como Dolors no nos pasamos, pero varias de las personas que iban con nosotros tuvieron que acabar pagando el exceso de peso, que no se paga barato, a cinco libras (unos siete euros y medio) por kilo de más.
Al fin nos dirigimos a embarcar, el tiempo se nos empezaba a echar encima, y eso que llegamos dos horas y media antes de la salida del avión.
Tocaba pasar el escaner... madre mía, que mal trago. El arco no pito, sin problemas. Pero al pasar la maleta por el escaner yo tenía claro que querrían verla, llevaba el portatil y todos los cables, pero no. Me hicieron sacar el portatil, pasarlo de nuevo por el escaner y luego vaciar TODO lo que había en la maleta de mano, que no era poco y repasarlo uno por uno todos los objetos... me volvía loco, se me echaba el tiempo encima. Cuando el tío terminó tras los largos minutos quedaban veinte minutos para la salida del avión.
Aún tuve que pasar por otro escaner, esta vez y aunque suene raro, era un escaner sólo para los zapatos. Los mios se podrían considerar armas biológicas, pero se ve que no se dieron cuenta de esto, sólo buscaban bombas o cuchillos o vete tu a saber que.
Costó, pero subimos al avión, los últimos eso sí, pero subimos. El resto del viaje no fue del todo mal, se hizo algo largo, jugamos una partidita a cartas, charlamos y poco más. Vamos, que aterrizamos sin novedades.
Y por fin en tierra valenciana, de la luz y el color. Se acabaron mis vacaciones londinenses... snif snif.
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Otras cosas
2 Comments
3/10/07 14:29
Si encima que tienes pinta de peligroso, llevas el portatil, la camara, los cables y demás todo ahí metido, no me extraña. Lo que sí que es incomprensible es lo de los zapatos, conociéndote un poco y apesar de no llevar armas escondidos en ellos, no sé ya como no sono la alarma, sino como no explotó: tú los has dicho, verdaderas armás biólogicas, pero de destrucción masiva.
Besitoooos.
3/10/07 14:33
Ah, por cierto, el serial del viaje por tierras londinenses, muy interesante y didáctico. (Ejem, con alguna 'pequeña' errata, fácilmente subsanable). ¡Mamón que bien te lo montas!
Más besitoooos
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